17 febrero 2010

La crisis

Mi amigo Luis Castillo me dice que esto de las crisis es una excusa detrás de otra.
-Vamos a ver. Si la crisis es culpa de los bancos y de los inversores que se metieron donde no debían y perdieron un montón de dinero que no han sabido recuperar, pero que ha ido a parar de la mano de unas empresas a la mano de otras, porque está claro que no ha ido a parar a la de los trabajadores, lo que ocurre sencillamente es que ese dinero no lo tienen unas empresas y lo tienen otras que lo han amarrado en corto, no lo sueltan y está en manos de unos pocos, ¿no?
-Pues será así, Luis.
- Hombre, yo no entiendo nada de economía, pero veo más lógico no apretarle el cinturón al trabajador y obligar a esas empresas a mover, a soltar el dinero.
-Eso no es tan fácil, Luis. Se nota que de economía no entiendes, no.
-Ah. ¿Y qué han hecho los que entienden de economía para solucionar el problema?
-Poca cosa práctica, es verdad.
-¿Circula más dinero? ¿Se mueve? ¿Se ha dado algún paso adelante? ¿O sólo sigue hablándose de miedo, de atarse el cinturón, de retrasar la edad de jubilación, de despido libre y de más gente en el paro?
-Bueno. Es así, sí.
-¿Y qué me diferencia a mí de los entendidos en economía? ¿Qué han conseguido ellos más que yo, que no entiendo nada de nada?
-Bueno, puede que tengas razón.
-Una excusa detrás de otra.


Foto: Eugene Smith